Necesito un momento para aclarar mis ideas [Nero Lodge]

Caminaba por el castillo, estaba perdido en mi felicidad. Holly había aceptado mi propuesta. Me tenía en las nubes, volando en mis pensamientos, perdido en el amor que sentía por ella. Caminé hasta que me vi en la necesidad de detenerme, me senté junto a un árbol para poder leer un poco el libro que había llevado en la mano todo el día sin abrirlo ni una sola vez. Pasaba cada una de las páginas sin demasiadas complicaciones. Estaba centrado y mucho de lo que leía me recordaba a Holly. A sus ojos, sus labios, sus besos. Encantador.

Mi lectura fue interrumpida momentáneamente por un ruido, ese característico ruido que hacen las hierbas cuando alguien se sienta sobre ellas y se recuesta. No le di importancia y pasé las páginas hasta terminar el capítulo. Me sentía un completo devorador, no me había detenido desde mucho tiempo antes. Seguía avanzando con mi lectura, palabra a palabra, signo tras signo.

Miré el firmamento para mirar la clara luna incompleta. Sonreí infantilmente. Siempre, en todas partes, el cielo era el mismo al anochecer y en esos momentos dejaba de sentir la soledad que me invadía al caminar por la residencia Lodge sin encontrar a una sola persona que respondiera. En las noches que tenía pesadillas me era imposible dormir, me pasaba el horario nocturno viendo las estrellas esperando alcanzar una de ellas, soñando que alguna bajaría del cielo para acompañarme en esos momentos fríos. Aprendí mucho en esos días, cuando mamá aun estaba viva, pero no respondía y si lo hacía, gritaba al aire sin reconocerme, ignorándome por completo. Gritaba varios nombres, pero nunca el mío, jamás llegó a necesitarme. Es triste verte en la situación de un pésame de parte de personas que no conocías que no sabes por qué lo sienten ¿Acaso la querían tanto como yo?¿Habían pasado por los costados de la locura que deja ciega a una persona?¿Acaso la vieron morir como para apegarse más a ella? Agité la cabeza para no pensar en ello.

Sentí un cosquilleo en mi nariz. Me hizo estornudar. Olor a tabaco... Cigarrillos. Cerré el libro con un ruido sordo, me proponía levantarme y alejarme de aquel lugar. “eres un idiota Chassier” Seine sin duda. Me di vuelta para confirmar mi pensamiento. Lo miré tendido sobre el césped un poco alejado. Saqué mi varita de mi bolsillo, apunté al cigarrillo que ahora se consumía un poco más por la acción de fumar. –Aguamenti- Apagué el cigarrillo y mojé su rostro por accidente. Me acerqué y me senté a su lado, procurando no tocar la ahora húmeda hierva.
-¿Puedo saber por qué te llamas idiota?- Lo miré curioso, como si fuera un niño pequeño. No lo miraba directamente por temor a incomodarlo, jugueteaba con las pequeñas hojas de césped.