So should we speak then? Keep it between friends? {Erick B.}

Si existe una razón por la cual estoy en Cabeza de Puerco es porque las cosas han cambiado después de todos estos años. Este lugar es legendario. Después de que sirvió de refugio para mis tíos y Hogsmeade fuera restaurado, la taberna cobro vida. Aun así no debería de estar aquí, creo. Escribo una carta para mi padre, lo cual es extraño ya que no soy del tipo de personas que escribe cartas, creo que aprendí eso de Tío Ron.

Mi mano fluye con naturalidad y mis pensamientos hacen lo mismo. Ya casi termino de escribir. Amo a mi padre. Siempre he sentido que puedo contar con su apoyo, pase lo que pase. En las vacaciones de invierno tuve la oportunidad de charlar mucho con él y expresarle mis preocupaciones. Es como si con él existieran las conversaciones racionales, las cuales no puedo tener muy seguido con mi madre. Suspiro y dejo la carta sobre la mesa. Paso mi mirada por la tinta fresca en el pergamino y juego un poco con el gorro del abrigo que estoy usando. Lo sostengo por la parte que queda sobre mis ojos y lo bajo para cubrir un poco más mi cabello.

Querido Padre,
Imagino tu rostro de sorpresa al ver que es una carta escrita por mi. Creo que te preguntarás si hay algún problema... creo que si. Últimamente me he sentido muy sola y no puedo dejar de pensar en cuando tenía 10 y querían enviarme a Beaux. Les advertí que estaría enojada con ustedes toda la eternidad si lo hacían. Dije que estaría sola en ese palacio, que debía estar en Hogwarts. Bueno, creo que me merezco esto por haber reaccionado así de pequeña.

Ahora me encuentro en un lugar donde no debería estar. ¿Recuerdas el chico del que te enteraste por mamá?, creo que todo está por terminarse. No es lo que quiero papá, no quiero alejarme de alguien que me hacía sentir bien. No estoy segura de sí le hago mal al querer estar cerca y no puedo creer que te estoy escribiendo sobre eso... Espero que todo este bien con mamá. Extraño discutir con alguien.

Esta carta es corta, pero prometo escribir más seguido. Llevo el cabello rubio en estos momentos y lo único que puedo comentar sobre eso es que deberías de estar orgullosa de tu hermosa hija, ¿sabes?. No es fácil caminar por los pasillos siendo temporalmente rubia, todos los chicos me persiguen.

Sabes que bromeo, tranquilo. Por cierto, tus consejos sobre como calmarme los días de luna llena están funcionando. Ya no me duele tanto la cabeza, gracias papá. Gracias por esos pocos genes que heredé, de cierta forma me hace sentir más humana y menos veela. No dejes que mamá lea esto último.

Te ama, Dominique.
P.D. Cambia las flores de la tumba de Dobby, ya es tiempo.

El mesero me había traído otra bebida mientras releía la carta. Vuelvo a soltar el pergamino sobre la mesa sin importarme si alguien la ve. Tomo la copa y al beber, el gorro de mi abrigo deja de cubrir mi cabello. No me alarmo mucho, porque soy rubia y no hay ninguna Weasley rubia en el castillo así que no creo que nadie me reconozca. Es tarde, seguramente ya pasan de las 9. Si mis padres se llegan a enterar de que deje el castillo de noche para escaparme a Hogsmeade, seguramente culparían a Tío Harry por contarnos muchas cosas cuando todos los primos dormíamos en su casa. Inspecciono los bolsillos de mi abrigo y encuentro dos cigarrillos. Coloco un pañuelo color celeste sobre la mesa y los cigarrillos sobre este. Recuerdo esas noches en Francia donde podía volverme loca y a nadie le importaba. Me pregunto si a alguien le importaría si simplemente pierdo mi cordura esta noche.

Me encontraba mirando hacia una esquina, ya que un hombre algo pasado de copas llamó mi atención, cuando escuché una voz cerca de mí. Tardé un poco en decidir si girar mi rostro o no, ya que reconocí la voz perfectamente. ¿Porqué Dominique?, ¿porqué?. – Maldita sea – comento mientras lo observo y trato de sonreír con inocencia. De todas las personas tenía que ser él, quien es una autoridad del colegio. Estoy arruinada. Erick Brohard es una persona muy familiar para mí, porque fue compañero de generación de Victoire así que lo veía con regularidad. Sin embargo nunca compartí una conversación que se pueda considerar personal con él.

Su "Señorita" me desubicó un poco, ya que no me esperaba que me llamara así. – Yo tampoco esperaba verte aquí – digo en voz baja y me muerdo la lengua; tengo la mala costumbre de contestar aún cuando no debo. Sigo el camino de su mano hasta los cigarrillos. Veo que lo inspecciona por unos segundos y al instante trato de no soltar una carcajada. Termino hundiéndome un poco en mi asiento al mismo tiempo que río por lo bajo. Seguramente tiene una mala imagen de mí o algo parecido. Hace referencia a Seine y ésto logra captar toda mi atención. – Ah... no, él nunca a fumado en mi presencia. – acaba de decir que es un mál hábito y saca un encendedor de su bolsillo. Es algo confuso. – Y yo no he fumado en mucho tiempo así que... – coloco uno de mis dedos en una esquina de mi pañuelo y lo muevo hasta enfrente de las manos de Brohard, por si desea tomar el cigarrillo restante.

Corregí mi postura al ver que toma asiento frente a mí. Toda risa que me había apoderado hace unos segundos ya esta extinta al escuchar lo que me dice. Genial, me salvaré de un castigo. Llevo mi mirada a mi vaso al ver que lo señala y me sonrojo un poco. Merlín, me siento avergonzada. No me importa mucho lo que las personas piensen de mí pero, ¡el es una autoridad del colegio! Es como si estuviera bebiendo frente a Tio Neville o algo así, lo siento muy incorrecto. Su pregunta me deja pensando unos segundos. Bajo la mirada a la mesa, en donde aún está extendida la carta para mi padre. La tomo con delicadeza y se la ofrezco a Erick para que la lea. Espero a que la tome, no quisiera iniciar la conversación con un "Me siento de esta forma por esta razón...." Sé que siempre me he expresado mejor por escrito.

Ya con mis manos libres, busco en mi bolso mi varita. Tomo un mechón de mi cabello y coloco la punta de mi varita en el para que mi cabello vuelva a su color natural. Ya no importa, alguien ya me reconoció. Vuelvo a guardarla y dirijo mi atención a Erick – Puedes llamarme Dominique, si quieres. – le sonrío un poco y bajo la mirada a la mesa. Espero que no me pregunte como rayos llegue aquí. Seguramente lo hará, no sé. Sostengo mi vaso con ambas manos y bebo un poco de el. – Yo solo... quería ser libre por unas horas. – digo, no como excusa, pero si como una explicación porque obviamente la merece. Observo de reojo la carta donde claramente dice que me siento sola y después de dejar el vaso en la mesa, acomodo un poco mi cabello tan característico de los Weasley.