"Ver sin mirar" [Erick A. Brohard]

Todos mis pendientes se habían juntado, gracias a la perdida de tiempo en el ministerio por lo mismo del ataque. Pese a que ellos gastaron mi tiempo aun pedían que les diera los reportes a tiempo, tenía también que preparar las clases de pociones y además debía de ir a Hogsmeade para la entrega de un ingrediente especial para la poción que nos hacía resistentes al sol, y sólo para agregar unas cuantas responsabilidades más, también me correspondía escribirle a mis padres… bueno eso último podía esperar.

Cuando por fin tuve terminados los informes, me dirigí a la oficina de la directora. Dije la contraseña de su despacho, que como me había platicado, era ese tipo de contraseñas dulces que Dumbledore había acostumbrado. Minerva estaba escribiendo su diario cuando la encontré. Me hizo varias preguntas que al parecer le llegaron en sus momentos de meditación, o que tal vez el mismo Albus le llegó a preguntar a lo largo de su amistad. Mis respuestas fueron frías y algo vagas, pues no estaba de humor y le decía lo primero que me venía a la mente.

–no deberías culparla, ni a ti…– me dijo regresando a su diario.

–no sé de que habla– ella simplemente me sonrió de forma maternal y me permitió retirarme. Di una reverencia y continué mi camino a Hogsmeade.

Estaba a punto de anochecer, pero aun no podía salir sin alguna prevención contra el sol. Podría tomar la poción que me hacía resistente, si la tuviera, de hecho iba por el ingrediente final para terminar con el lote en la mañana. Así que tuve que tomar mi sombrilla negra, pese a lo mal que se veía usarla a estas horas del día.

Al dar un paso fuera del castillo me invadió la sensación de ser observado. Gruñí para mis adentros, toda la tarde me sentí así en una pequeña medida, como si me miraran de reojo desde una distancia considerable, y ahora parecía que me estaban mirando directamente a la nuca. Tal vez aurores, pensé.

Durante mi trayectoria hacia el pueblo pude identificar ese olor… Nero te acercaste demasiado hermanito. Los rayos del sol se vieron ocultos detrás de las montañas y los arboles. Agradecí esto ya que por fin pude guardar la sombrillas. Seguí mi andar con tranquilidad con las manos en los bolsillos. ”¿Porqué me sigues?”, Nero era muy curioso, suponía que todo radicaba en ello.

Me detuve en seco y sentí como los nervios invadieron su cuerpo. Sonreí divertido. Me espere unos segundos para que al final sólo me agachara a fingir que apretaba el nudo de mi zapato. Seguí mi andar lentamente tarareando una canción ligeramente lúgubre, esperando que la oscuridad de la noche nos invadiera, aunque para eso todavía faltaban bastantes minutos.

Entre al pueblo y varías miradas se detuvieron en mi, seguramente por lo sucedido con el otro profesor, y aunque la mayoría no supiera que yo era vampiro, quienes eran licántropos sentían un odio natural por mi. Pese a esto seguí andando con mi sonrisa ladeada y mi canción que aunque lúgubre la hacía parecer divertida. Llegué a la oficina de correo y la mujer que atendía no tuvo que obtener palabra de mi parte para que fuera por mi paquete. Le agradecí con una ligera reverencia y con unos galeones que la directora me había dado para esto.

Salí y envés de buscar a Nero con la mirada seguí su olor. Sigues muy cerca hermanito… ¿qué quieres descubrir?.